Qué es el living soil o el suelo vivo

El living soil o suelo vivo es un sustrato natural lleno de microorganismos beneficiosos que mejora la salud y la fertilidad de las plantas. Fomenta una relación simbótica entre hongos, bacterias, protozoos y otros microorganismos esenciales que ayudan a la planta a absorber mejor los nutrientes. Con el living soil o suelo vivo, el cultivo se vuelve más sustentable, saludable y menos dependiente de los fertilizantes químicos. Por ello se utiliza cada vez más en el cultivo de cannabis, ya que permite obtener plantas más fuertes, resistentes y de mejor calidad.
Contenido de este artículo:
- ¿Cómo funciona el living soil?
- Beneficios de usar living soil
- ¿Cómo hacer living soil casero?
- Cuidados y mantenimiento
¿Cómo funciona el living soil?
El living soil funciona mediante la interacción de microorganismos y materia orgánica en el suelo. Estos microorganismos descomponen los nutrientes de la materia orgánica en formas que las plantas pueden absorber fácilmente.
Los hongos micorrízicos forman redes que fomentan la absorción del agua y los nutrientes, mientras que las bacterias fijan el nitrógeno y liberan nutrientes esenciales. Este equilibrio natural crea un ecosistema saludable que reduce la necesidad de fertilizantes químicos y pesticidas.
Beneficios de usar living soil
1. Menor uso de fertilizantes químicos: Los microorganismos descomponen la materia orgánica, haciendo que los nutrientes estén disponibles de forma natural para las plantas.
2. Mayor sostenibilidad: Se puede reutilizar el mismo suelo en varios ciclos de cultivo, reduciendo la necesidad de comprar sustrato nuevo.
3. Mejora la salud de las plantas: Las plantas cultivadas en suelo vivo son más fuertes y resistentes a enfermedades y plagas.
4. Ahorro de agua: El living soil retiene mejor la humedad, reduciendo la necesidad de riegos frecuentes.
5. Mayor biodisponibilidad de nutrientes: Gracias a la acción de hongos y bacterias, los nutrientes están disponibles de forma continua para la planta.
Cómo hacer living soil casero
Hacer tu propio living soil en casa es sencillo y económico. La clave está en preparar una mezcla rica en materia orgánica y fomentar la presencia de microorganismos beneficiosos.
Ingredientes
- Sustrato base: Tierra, turba o fibra de coco.
- Materia orgánica: Compost, humus de lombriz y residuos vegetales.
- Microorganismos: Hongos micorrízicos y bacterias benéficas.
- Minerales: Roca fosfórica, harina de hueso, arena y arcilla.
Estos ingredientes garantizan que el living soil sea rico en nutrientes y capaz de sustentar un ecosistema saludable para las plantas.
Paso 1: Seleccionar el sustrato base
Elige un sustrato de calidad que sea natural y sin químicos. Puede ser tierra de jardín, turba, fibra de coco o una combinación de estos.
Paso 2: Añadir materia orgánica
Incorpora compost, humus de lombriz, estiércol bien descompuesto y restos de hojas o residuos de cosechas anteriores.
Paso 3: Introducir microorganismos
Para potenciar la actividad biológica, añade hongos micorrízicos, bacterias benéficas y protozoos. Esto se puede lograr agregando té de compost o biofertilizantes líquidos.
Paso 4: Agregar minerales
Incorpora minerales como roca fosfórica, harina de hueso, arcilla y arena para aportar oligoelementos y mejorar la textura del suelo.
Paso 5: Controlar la humedad y el oxígeno
El suelo debe mantenerse húmedo, pero no encharcado. La aireación es fundamental para que los microorganismos puedan respirar.
Cuidados y mantenimiento
Para que el suelo vivo se mantenga en óptimas condiciones, sigue los siguientes consejos:
- Evitar químicos: No utilices pesticidas ni fertilizantes químicos que puedan matar los microorganismos.
- Controlar la humedad: Mantén la humedad adecuada para evitar que el suelo se seque, ya que los microorganismos necesitan agua para sobrevivir.
- Añadir materia orgánica regularmente: Cada cierto tiempo, añade compost fresco para nutrir el suelo.
- Evitar el pisoteo excesivo: No compactes el suelo, ya que esto limita la circulación de oxígeno.
El living soil es una solución sostenible y efectiva para el cultivo de cannabis y otras plantas. Su capacidad de autorregenerarse y de proporcionar nutrientes de forma continua hace que esta técnica sea cada vez más popular entre los cultivadores orgánicos.