¿Qué tipo de droga es el cannabis?

¿Qué tipo de droga es el cannabis?

Desde las pláticas sobre drogas en las escuelas aprendemos que la marihuana es un depresivo, como el alcohol. Pero esto no podría ser más inexacto. Con la planta del cannabis se fabrican un sinnúmero de productos con una amplísima gama de efectos y usos. Incluso hay algunos con aplicaciones médicas. Sus efectos son muy distintos de persona a persona; pueden tener experiencias diametralmente opuestas de acuerdo a cuánto cannabis, y de cual, consumen. Y es que sus efectos dependen de muchos otros factores. Así que, ¿qué tipo de droga es el cannabis?

¿Cómo se clasifica a las drogas?

Todo depende de qué se entienda por drogas. Hay quienes consideran que toda sustancia que produce algún tipo de adicción, altera nuestra respuesta y nos produce estímulos es una droga. Eso incluiría sustancias cotidianas, como el café, el alcohol y el tabaco. Otros solo consideran drogas solamente a aquellas sustancias cuyo consumo es ilegal. Esto haría que el cannabis sea una droga en algunos lugares y no en otros. También se clasifican por su origen o su peligrosidad.

Sin embargo, la clasificación más popular—por su simpleza, seguramente—es por los efectos que provoca; con nombres que no dejan mucho a la imaginación: estimulantes, depresivos y alucinógenos.

Los estimulantes aceleran la producción y liberación de sustancias neurotransmisoras como la dopamina y la serotonina. Además de hacer sentir bien al consumidor, los estimulantes pueden hacerlo más creativo y productivo. Los artistas los prefieren, ya que son un motor creador. La cocaína sería un ejemplo extremo de una droga estimulante.

Los efectos de los depresivos son los opuestos. Estimulan la liberación del ácido gamma-aminobutírico, (un neurotransmisor conocido como GABA, por sus siglas en ingles). Este actúa como un freno para nuestro cerebro. Es decir, entre mayor cantidad de GABA, más lento pensamos. Por eso, los depresivos son las drogas predilectas para reducir condiciones como la ansiedad. Los depresivos no regulados, como la heroína, son muy peligrosos ya que, en grandes cantidades, sus efectos pueden provocar paros respiratorios y cardíacos.

Finalmente, los alucinógenos activan los receptores 5-HT2A, que liberan dopamina y afectan nuestra percepción. Generalmente, el ejemplo predilecto de los alucinógenos es precisamente la marihuana; pero, como veremos más adelante, esto no es del todo correcto.

Y aquí es donde nos topamos con un problema al tratar de meter al cannabis en una de estas categorías. Y es que puede provocar efectos de los tres grupos. Entonces, ¿Qué tipo de droga es el cannabis?

El cannabis como estimulante

Para quienes quizá nunca hayan probado el cannabis, o no están muy enterados de cómo funciona, quizá no lo relacionan con efectos estimulantes. Sin embargo, ese es precisamente el uso que le dan un gran número de usuarios.

Muchos utilizan cannabis como parte de su ritual antes de algún evento laboral, como una junta importante; o social, como una fiesta o reunión. Y es que puede disminuir la ansiedad sin comprometer el sentido de alerta y coherencia del consumidor.

No hay duda, tampoco, de que muchos utilizan el cannabis para potenciar su creatividad. De nada serviría si un pintor o un músico—por ejemplo—lo consumiera para estimular su creatividad solo para que los efectos secundarios lo tumbaran en un sillón por horas sin poder trabajar.

Y es que se ha comprobado que el THC, presente en tantas cepas de cannabis, puede estimular la producción de dopamina y serotonina. Sin embargo, esto tiene algo de subjetivo, ya que el cannabis es bidireccional. O sea, que dos cantidades distintas de la misma cepa pueden tener efectos totalmente opuestos.

Las cepas estimulantes de cannabis suelen ser mezcladas con terpenos de las mismas características.

El cannabis como depresivo

Esta es la categoría donde se le coloca más seguido. No es un error del todo. Los cannabinoides también son capaces de estimular la producción del neurotransmisor GABA. Y, con él, la velocidad a la que trabaja nuestro cerebro.

Precisamente eso trae a colación uno de los usos terapéuticos más célebres del cannabis. Ofrece una manera popular de reducir los síntomas de la ansiedad, que se caracteriza por la sobreactividad cerebral, provocando pensamientos fatalistas o un intento de anticipar toda situación, por cotidiana que sea.

Además, el neurotransmisor GABA también tiene efectos físicos, como relajar los músculos. Por ello, el cannabis también se utiliza para tratar el insomnio y otros malestares del sueño.

Hoy en día existen cepas de cannabis con mezclas e índices muy diversos de cannabinoides que pueden relajar sin producir los efectos psicodélicos típicos del THC.

El cannabis como alucinógeno

Los alucinógenos alteran nuestra percepción. Es decir, pueden mostrarnos imágenes o sonidos distorsionados o que no existen; pero además alteran nuestra percepción del tiempo. También tienen efectos físicos, como aumentar el ritmo cardiaco y respiratorio. Si estos efectos son los suficientemente fuertes y persistentes, pueden ocasionar paranoia.

Escuchando todo lo anterior sería difícil no clasificar al cannabis como un alucinógeno, ya que son efectos frecuentemente ligados al THC.

Los efectos del cannabis dependen de muchos factores

Como se puede apreciar, asegurar qué tipo de droga es el cannabis dentro de unas de estas clasificaciones es extremadamente difícil por la gran variedad de efectos que produce. Y esa dificultad sólo aumenta cuando consideramos que la misma cepa puede causarle efectos depresivos a un usuario y estimulantes a otro.

La mayoría del tiempo esto depende de la dosis. Como mencionamos antes, los efectos del cannabis pueden ser opuestos si se consume mucho o poco. Sin embargo, algo como la grasa corporal también tiene algo que ver. Es decir, la misma cantidad de cannabis puede ser poca para alguien con un alto índice de grasa corporal y mucha para alguien con uno bajo.

La tolerancia tiene un efecto similar: alguien con una baja tolerancia no procesará la misma cantidad de cannabis que alguien que lo consume con frecuencia. Si el consumidor se toma una pausa de tolerancia, también lo afectará distinto.

Pero esto no tiene por qué ser una desventaja. Podría sugerir que las dosis de cannabis deben ser altamente personalizadas. Y, si se consume para aliviar un problema físico o mental, cada paciente tendrá precisamente la dosis que necesita.