¿El cannabis podría reemplazar a los opioides?
Desde hace tiempo, algunos creen que el cannabis podría reemplazar a los opioides y, con ello, remediar la crisis que aqueja a Estados Unidos y que ha significado cerca de 50,000 muertes. Sin embargo, aunque es una medida prometedora, hay un par de fenómenos que todavía no permiten poder cambiar de rumbo totalmente.
La crisis de opioides en Estados Unidos
Estados Unidos tiene su propia crisis de drogas. Y es que ahí, las condiciones como el dolor crónico, suele tratarse recetando opioides. Se recetaba con tal facilidad, que, en un momento dado, los norteamericanos consumían el 80% del suministro de opioides del mundo. Si bien, dicho medicamento es efectivo, trae consigo una serie de efectos secundarios que, muchos ahora argumentan, son peores que el remedio.
El desarrollo de una fuerte adicción corona la lista. Igual que el cannabis, los opioides generan tolerancia. Es decir, la necesidad de consumir una mayor cantidad para sentir los mismos efectos. Sobra decir que, para un paciente de dolor crónico, inhibirlo es indispensable.
¿Por qué se dice que el cannabis podría reemplazar a los opioides?
Un argumento que se ha usado en más de una ocasión para impulsar la legalización del cannabis es, precisamente, que podría representar un remedio menos peligroso para condiciones como el dolor crónico que los opioides.
Los estudios que parecen confirmarlo. Efectivamente, los índices de consumo de opioides se han reducido en lugares donde se ha legalizado el cannabis. También, la incidencia de urgencias hospitalarias.
Sin embargo, y desgraciadamente, la tendencia parece no mantenerse. Después de un corto tiempo, el consumo, las hospitalizaciones y muertes relacionadas con los opioides vuelven a aumentar a los índices anteriores.
¿Por qué el cannabis no podría reemplazar a los opioides?
Como dijimos en el apartado anterior, toda reducción de consumo y muerte por opioides al principio de la legalización de cannabis rebota a índices normales después de unos meses.
Según los testimonios de pacientes que se han sometido a estudios clínicos, ellos prefieren consumir cannabis que opioides. Sin embargo, los estudios no reflejean esa preferencia; son inconsistentes y poco concluyentes.
La respuesta podría estar en la tolerancia que mencionamos antes. Una vez desarrollada la tolerancia al cannabis, desaparecen los efectos que inicialmente beneficiaron al paciente y éste acude de nuevo a los opioides. O el efecto placebo: el paciente se convence a sí mismo que el cannabis es un mejor remedio solo para que ese sentimiento se desvanezca poco después, cuando el dolor regresa.
El potencial del cannabis para reducir la crisis de opioides norteamericana no ha sido abandonada, sin embargo. Actualmente se está estudiando la manera en la que, finalmente, el cannabis pueda reemplazar (o complementar, como mínimo) a los opioides.