La relación entre el cannabis y la dopamina
Se ha vuelto casi imposible negar la relación entre el cannabis y la dopamina. Y es que su liberación, que nos hace sentir placer, se altera con la presencia de los endocannabinoides. Una alteración que puede ser muy saludable bajo las condiciones correctas; pero, que si se abusa, conduce a problemas que pueden llegar a ser más serios.
¿Qué es la dopamina?
Los impulsos cerebrales existen gracias a la comunicación que las neuronas establecen entre ellas. Los neurotransmisores, evidentemente, son parte esencial de dicha comunicación y estos pueden ser distintos tipos de sustancias; la dopamina es una de ellas.
Solemos decir que, al liberar dopamina, sentimos placer. Aunque podría decirse que esto es correcto, es un proceso más complicado de lo que solemos imaginarnos. El placer no es causado directamente por ella, sino por la zona del cerebro donde ocurre. Las neuronas que liberan el neurotransmisor dopamina se encuentran en la parte del cerebro asociada con el sistema de recompensa: la que nos causa placer.
Estas neuronas siempre están cargadas de dopamina; la almacenan en unos pequeños sacos esféricos, lista para ser liberada gracias a una pequeña descarga eléctrica. Una vez que esto ocurre, la dopamina se acopla con los receptores correspondientes, los cuales se denominan con la letra D y número ascendentes. Es decir: D1, D2, etc. hasta la D5.
¿Qué efectos tiene la liberación de dopamina?
Por la zona del cerebro en la que se encuentran las neuronas que liberan dopamina, este neurotransmisor impacta directamente en nuestras funciones cotidianas. Estas incluyen cosas como el aprendizaje y la motivación; el estado de ánimo, nuestra capacidad de poner atención y nuestro control motriz. Pero, quizá la que es más conocida, es su impacto en el sistema de recompensa.
¿Qué es el sistema de recompensa?
Como humanos, hay ciertas cosas que, al hacerlas, nos causan placer. La zona del cerebro que se encarga de esta reacción es precisamente donde las neuronas liberan el neurotransmisor dopamina.
Como lo vimos antes, esta sustancia permite que las neuronas de dicha zona se comuniquen entre ellas. En una comunicación eficaz, estas neuronas se activan y resulta en el sentimiento el cual llamamos placer.
Estas transmisiones pueden fortalecerse si repetimos la acción que nos causó placer y el sistema refuerza dichas acciones. Una de las cosas más elementales que nos causa placer—es decir, que activa esta red de transmisión—es comer. De hecho, es una de las cosas que permitió nuestra evolución: no solo comer sino la necesidad de repetirlo. Es, también, una de las razones por la que comer no es suficiente, sino que, además, debe tener un sabor gratificante. Y es la misma razón por la que comer se puede volver un problema.
Los alimentos azucarados, por ejemplo, tienen un impacto importante en la liberación de dopamina y, pronto, nuestro sistema de recompensa exige más. Y exigirá todavía más si cedemos ante esta exigencia por un tiempo prolongado. Por eso, hay que mantener nuestra dieta controlada.
Cómo se relacionan el cannabis y la dopamina
Por supuesto, uno de los efectos más populares del cannabis es su capacidad de cambiar el estado de ánimo y generar placer. ¿Esto quiere decir, entonces, que el cannabis afecta la producción de dopamina?
Sabemos que los cannabinoides del cannabis afectan al sistema endocannabinoide y las funciones que éste regula, como el hambre, el sueño o el ánimo. En relación a la dopamina, tanto los endocannabinoides (los cannabinoides que genera el cuerpo naturalmente) como los cannabinoides de la planta transitan en sentido contrario. Como resultado, los cannabinoides regulan las transmisiones entre neuronas.
Por ello pueden contribuir a la activación de aquellas neuronas que liberan dopamina, teniendo un impacto directo en el sistema de recompensas. Es decir, aumenta la sensación de recompensa que sentimos en relación a las circunstancias normales. Por eso nos hace sentir relajados, contentos y hasta creativos.
Efectos negativos de la relación entre el cannabis y la dopamina
Mientras que el consumo responsable y regulado de cannabis causa placer, consumirlo en grandes cantidades, y a largo plazo, tiene efectos muy negativos.
Si esto ocurre, el sistema de recompensas puede acostumbrarse a la presencia de los cannabinoides como el THC, y, con el tiempo, se debilita. Al no poder sentir placer bajo circunstancias normales, el consumidor consume una cantidad cada vez mayor de cannabis para obtener los mismos resultados de antes.
Esto, a su vez, y con mucha frecuencia, conduce a la adicción, ya que se vuelve indispensable consumir cannabis para sentir placer, por reducido que sea el sentimiento. Lo mejor, entonces, es suspender su consumo de inmediato; ya sea definitivamente o en una pausa de tolerancia.
Cómo se relacionan el CBD y la dopamina
Claro que el THC no es el único cannabinoide que produce el cannabis. A diferencia de éste, el CBD no es intoxicante. Es decir, no altera los sentidos ni conduce a experimentar un viaje. Sin embargo, sí tiene su propia lista de efectos.
Uno de los más populares es la relajación. En estudios anteriores, ya se ha comprobado que el CBD sí interactúa con el sistema de recompensa; inhibe parcialmente los receptores D2 de dopamina.
La relación entre el cannabis, la dopamina y el consumo responsable
Aunque su consumo promueve la liberación de dopamina y causa placer, es indispensable consumir cannabis con responsabilidad. Su abuso—como ocurre con muchas otras sustancias, como el alcohol o el azúcar—puede dañar la salud. Siempre es recomendable no descuidar la cantidad y frecuencia con la que consumes y mantenerlo a raya, tomando pausas de tolerancia cuando sea necesario o suspendiendo su consumo definitivamente.
Todo para que nuestro sistema de recompensa siga liberando la dopamina en cantidades saludables.