Las leyes californianas dañan los negocios de cannabis
Aunque en California el cannabis ha sido legal por décadas, las leyes californianas dañan los negocios de cannabis. Esto es a tal grado que, en lugar de combatir el mercado ilegal, es posible que estén fomentándolo.
¿Desde cuándo es legal el cannabis en California?
En 2016, el sunshine state fue uno de los primeros en unirse a la lista—cada vez más larga—de territorios estadounidenses que han legalizado el uso recreativo del cannabis. Ocurrió solo tres años después de que Colorado la inaugurara. El uso medicinal en California, sin embargo, ha sido legal desde 1996.
Con estos antecedentes podría creerse que su ley da muchas libertades al consumo y la compraventa de cannabis; sin embargo, no es el caso.
Las leyes californianas dañan los negocios de cannabis
Las hermanas del cannabis son un grupo de monjas no afiliadas a ninguna religión que se dedican al cultivo y fabricación de productos de cáñamo, sobre todo medicinales. Hasta 2019, antes de la pandemia, su negocio recaudaba más de 1 millón de dólares anuales. Pero no fue solo la pandemia la que redujo esa cifra a la mitad; las leyes californianas también tuvieron un impacto.
Cerca de ahí, Joel Rodríguez tiene un negocio lícito de cannabis que vende los productos de las hermanas. Sin embargo, como ellas, teme que los impuestos tan altos que debe de pagar lo hagan clausurarlo. Y es que los negocios de cannabis no son nada baratos en California; solamente la licencia cuesta $1,000 dólares. Eso, junto con los gastos normales de un negocio—renta e insumos—, hace que sea mucho más caro operar un negocio legal que uno ilegal.
Es posible que las leyes californianas fomenten el mercado ilegal
Uno de los mejores argumentos a favor de la legalización es dañar o hasta sofocar al mercado ilegal de drogas, pero esto no es posible si los negocios lícitos no pueden mantenerse a flote.
Según un traficante anónimo entrevistado por la BBC, mientras que un negocio legal debe pagar 1 millón de dólares al gobierno solo por las licencias necesarias, un negocio ilegal recauda esa cantidad en poco tiempo.
Sin impuestos no hay ingresos para el gobierno y, sin negocios lícitos, no hay impuestos. Y no es que los dueños se nieguen a pagar. Parte de su credo, las hermanas “creen” en los impuestos, según su fundadora, la hermana Kate.