¿Qué es la psilocibina y cómo funciona?
En tiempos recientes, en más de una ocasión se ha escuchado la pregunta, qué es la psilocibina y cómo funciona. Y es que no solo es una sustancia para el disfrute cotidiano; también, tal vez, tiene importantes aplicaciones en medicina. Podría aliviar los molestos síntomas de la ansiedad generalizada, hasta ayudar al tratamiento de pacientes de Alzheimer o accidentes cerebrovasculares, entre otras.
¿Qué es la psilocibina?
La psilocibina es un químico presente en una gran variedad de hongos que genera todo tipo de efectos cuando se consume. Es un profármaco (a veces también llamado “prodroga”). Es decir, tiene que ser metabolizado por el cuerpo para que cause sus efectos. En este caso, convierte a la psilocibina en psilocina.
Los humanos parecen haber usado psilocibina a lo largo de muchísimo tiempo y a través de muchas culturas. Incluso se cree que los hombres de las cavernas ya los consumían por iconografía encontrada en Australia. Más evidencia, en forma de escritos de los conquistadores españoles y algunos códices, ha llevado a creer que los Aztecas también tenían el hábito de los hongos. Incluso tenían una deidad dedicada a ellos: Teinanácatl.
Algunos dan crédito a la evolución distinta, o más rápida, del ser humano al consumo de hongos. Gracias a ellos, argumentan, el humano pudo desarrollar cosas como el lenguaje, la cultura o la religión.
A lo largo de los años se han llevado a cabo una gran cantidad de estudios sobre los efectos de la psilocibina y sus aplicaciones. Hoy en día, dicho interés ha llevado a su posible aplicación para tratar males como la depresión o la estimulación cerebral.
¿Cuáles son sus efectos?
Los efectos que causa la psilocibina, así como su duración, dependen del tamaño de la dosis que se ingiere. Una pequeña puede durar hasta 6 horas; las más grandes pueden duplicar ese tiempo o hasta durar más. La intensidad de los efectos aumenta de acuerdo a la dosis también.
Similar al cannabis, la experiencia depende del usuario. Dos personas de tolerancia parecida pueden tener experiencias muy diferentes con la misma cantidad de hongos.
En general, la psilocibina es famosa por alterar la conciencia y la percepción. Algunos usuarios dicen sentirse en un estado de ensueño continuo. Otros reportan alucinaciones o sinestesia—cuando los sentidos se mezclan. Es decir, los sonidos causan imágenes y viceversa. También ven imágenes irregulares y que un patrón cobre movimiento. Los hongos también pueden alterar el sentido del tiempo, que parece extenderse más de lo normal.
La psilocibina ha sido extensamente consumida por artistas, ya que también altera las funciones cognitivas y que dictan cómo funciona el pensamiento. Provoca conexiones inusuales y no lineales que pueden resultar en una mayor creatividad.
Finalmente, causan una sensación en la que el ego se mezcla con el resto del universo y otras experiencias místicas similares. Estas pueden resultar en sentimientos de paz, alegría y tranquilidad. De hecho, algunas pueden ser tan internas, que llegan a tener un impacto muy importante—y positivo—en la vida del consumidor.
¿Qué puede impactar los efectos de la psilocibina?
Al igual que con el cannabis, los efectos de la psilocibina pueden cambiar de acuerdo con algunos factores, como el ambiente y el humor del consumidor. O bien, si está acompañado o solo. Incluso la razón por la que eligió empezar a tomar psilocibina puede tener agencia en sus efectos.
El primero, como mencionamos antes brevemente, es el tamaño de la dosis. Ésta puede causar, desde algunos efectos leves, como tranquilidad o somnolencia, o intensificar el humor al momento del consumo. Las dosis medianas comienzan a alterar la conciencia en experiencias que son muy controlables. Las dosis más altas pueden, incluso, desconectar al usuario de la realidad.
¿Cómo funciona la psilocibina?
Los hongos tienen un ciclo parecido a los comestibles de cannabis: primero deben ser absorbidos por el aparato digestivo. Este lo convierte en psilocina y es hasta entonces que aparecen sus efectos.
Y es que, así como el THC se une a los receptores CB1, la psilocina lo hace con los receptores de serotonina. A causa de esto, el cerebro se comunica consigo mismo de maneras en las que no suele hacerlo.
Es decir, conecta zonas que no suelen estar conectadas, lo cual resulta en maneras alternativas de pensar. De ahí proviene ese sentimiento de la disolución del ego. Es decir, la conexión que se siente con el resto del universo. También, la manera poco convencional de interpretar los estímulos exteriores, resultando en nuevas experiencias sensoriales.
Neurogénesis y neuroplasticidad
La psilocibina también promueve tanto la neurogénesis como la neuroplasticidad. La primera es la habilidad de crear nuevas neuronas para reemplazar a las muertas, y así mantener o reestablecer nuevas conexiones en el hipocampo. Esta se puede ver afectada por algo tan simple como la edad, la dieta o las horas insuficientes de sueño; también por alguna enfermedad o accidente.
La neuroplasticidad, por otro lado, es el proceso del cerebro para adaptarse a nuevas situaciones, abriendo nuevas rutas de pensamiento y respuestas neuronales. Es decir, sin neurogénesis no hay neuroplasticidad.
¿Para qué se usa la psilocibina?
Actualmente, gracias a sus efectos tan particulares, se está estudiando qué uso tiene la psilocibina en medicina.
Por su habilidad para alterar el humor del consumidor, es posible que tenga aplicaciones importantes en condiciones mentales como la ansiedad, los desórdenes depresivos o los desórdenes obsesivos-compulsivos.
Finalmente, al promover la neurogénesis y neuroplasticidad, podría jugar un rol de gran importancia en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas y en pacientes que sufrieron accidentes cerebrovasculares.