CBD de una planta que no es cannabis
Desde que la marihuana se enfrentó a todos sus problemas legales y fue prohibida en tantos países, muchos se han dedicado a tratar de extraer CBD de una planta que no es cannabis. Esta búsqueda se remonta hasta la década de los setenta y quizás sorprenda a muchos saber que, desde entonces, ha tenido éxito. Sin embargo, no se ha detenido. Un nuevo descubrimiento en Brasil, el año pasado, sigue dando esperanzas de encontrar una fuente de CBD que sea totalmente legal.
CBD de una planta que no es cannabis
Las plantas comparten muchos de sus compuestos. Es decir, uno que está presente en el cannabis también puede encontrarse en otros vegetales. Los terpenos son el mejor ejemplo. La mezcla de estos compuestos da su olor y sabor característico al cannabis, a plantas e incluso a frutas. Una combinación determinada resulta en un aroma a pino y otra, de los mismos compuestos, en aroma a naranja, manzana o limón. ¿Podría pasar lo mismo con los cannabinoides?
Esta posibilidad se ha comenzado a tomar más en serio desde mediados del año pasado, cuando unos investigadores de la UFRJ (Universidad Federal de Río de Janeiro) descubrieron CBD en una planta que no es cannabis. Fue en las flores y frutos de un árbol con el nombre científico Trema micrantha blume. Endémico de todo Brasil, en ese país se le suele llamar con nombres menos complicados, como candiúba, crindiúva o paupólvora.
Una distinción importante entre este árbol y el cannabis es que no contiene THC. Dado que las restricciones suelen centrarse en ese cannabinoide por sus propiedades intoxicantes, en teoría, obtener CBD a través de este árbol podría ser totalmente legal.
¿Cómo es el árbol Trema micrantha blume?
Se podría pensar que, si tiene CBD y es una planta que no es cannabis, como mínimo debe estar relacionado con el árbol en cuestión; esta sería una suposición muy educada. La especie Trema micrantha, a la que pertenece, proviene de la familia Cannabaceae, en la que se encuentran 11 géneros y cerca de 200 especies. Entre estas se encuentran el lúpulo, plantas similares y, sí, el cannabis.
Es un árbol caducifolio, es decir, que sus hojas se marchitan y caen cuando el clima se vuelve desfavorable. Estas crecen en pares en ramas largas y delgadas; también son largas y puntiagudas, como las de una rama de olivo. Prefiere los climas tropicales, por lo que se puede encontrar en varias regiones del mundo además de Brasil.
Para nada se trata de un árbol pequeño. Su tamaño puede variar considerablemente, desde los 5 metros de altura hasta los 30 metros, aunque en general mide de 10 a 15 metros. Es una especie resistente, capaz de adaptarse a cambios en el sustrato, y es frondoso, agradable a la vista. Como muchos otros árboles, contribuye al medio ambiente, ya que es capaz de absorber contaminantes del aire. Sus frutos forman parte de la cadena alimenticia de algunas especies de aves. Estos, a su vez, juegan un papel importante en su reproducción al esparcir sus semillas.
CBD de una planta que no es cannabis: propiedades medicinales
Si se puede sintetizar y producir en cantidades suficientes para comercializarlo, y si evita las barreras legales que aún prohíben el THC, el CBD que proviene de plantas que no son cannabis tiene gran potencial. Incluso antes de que se descubriera en este árbol, Trema micrantha, ya se sabía que este tiene propiedades medicinales.
Limpiar heridas, tratar infecciones de la piel y hasta curar problemas digestivos; las hojas y corteza de este árbol ya se utilizan para tratar estos y otros males. Por otro lado, las propiedades medicinales del CBD son bien conocidas y han sido ampliamente estudiadas.
Dado que los investigadores de la UFRJ no han publicado sus hallazgos, aún no sabemos precisamente cómo se combinan estas propiedades, o siquiera si es posible. Esta información, junto con qué proceso usaron para extraer CBD de una planta que no es cannabis, será conocida más adelante.
¿Se puede extraer CBD de una planta que no es cannabis?
Como lo mencionamos antes, las leyes de la mayoría de los países que prohíben la cosecha, comercialización y consumo de la marihuana están enfocadas en el THC por sus propiedades intoxicantes. Dado que no es intoxicante, en algunos países, el CBD pasa desapercibido y, como en México, se pueden encontrar productos derivados de él en farmacias, a pesar de la ilegalidad de la marihuana. El cáñamo vive una realidad similar a pesar de que contiene THC. Es una cantidad por debajo del mínimo legal y está protegido por su uso en la industria textil.
Dadas las restricciones, sin embargo, hace tiempo que se busca una planta de la que se pueda extraer CBD que no sea cannabis. Esta búsqueda se remonta a la década de los 70 con una diversidad de resultados.
Plantas que contienen cannabinoides
La primera fue la Helichrysum umbraculigerum, una flor amarilla conocida coloquialmente como flor de papel o helicriso. En ella, en 1979, se encontró una variedad de 17 fitocannabinoides, aunque al estudiarlos resultó que tenían una estructura distinta. Sin embargo, hasta el año pasado se seguía estudiando y parece que, incluso, se pudo extraer CBG —cannabigerol—, que es precursor de otros cannabinoides.
En 2012 se descubrió una fuente de CBD aún mayor en la linaza. Sin embargo, las cantidades aún son ínfimas cuando se comparan con el cannabis.
En el árbol Trema orientalis blume, llamado coloquialmente árbol melocotón, no solo se descubrió CBD, sino CBN y hasta THC. El problema, sin embargo, es el mismo: las cantidades son demasiado bajas. Por su nombre tan similar al Trema micrantha blume no sorprende que el orientalis también se use con fines medicinales. Con él se trata desde la diabetes hasta la malaria y enfermedades respiratorias.
Incluso se ha sugerido la existencia de CBD en la Stevia rebaudiana Bretoni – sí, la misma Stevia que se utiliza como edulcorante para endulzar todo tipo de alimentos.
La búsqueda continúa
La búsqueda de fuentes alternativas para la extracción de CBD, alejadas del cannabis, ha sido un campo de estudio fascinante y prometedor. Descubrimientos recientes, como el hallazgo del CBD en el árbol Trema micrantha blume en Brasil, han abierto nuevas perspectivas en la industria del cannabis medicinal. Si bien estos avances plantean posibilidades emocionantes para el desarrollo de tratamientos médicos y productos terapéuticos, también plantean desafíos en términos de investigación, regulación y producción a gran escala. Es esencial abordar estos desafíos con cautela y ética, garantizando la seguridad y eficacia de los productos derivados de estas nuevas fuentes de CBD. Además, se necesita una mayor colaboración entre la comunidad científica, los reguladores y la industria para maximizar el potencial de estos descubrimientos y asegurar que el CBD siga siendo accesible para aquellos que lo necesitan con fines medicinales. En última instancia, la exploración continua de nuevas fronteras en la extracción de CBD podría conducir a avances significativos en la salud y el bienestar de las personas en todo el mundo.