¿Cómo se trasplanta el cannabis?
Existen diversas razones por las cuales se trasplanta el cannabis, todas ellas relacionadas con la preservación de su salud y la obtención de cosechas abundantes. Para los agricultores novatos, este proceso puede resultar intimidante, pero no hay motivo para preocuparse si se sabe cómo hacerlo correctamente.
¿Por qué es necesario trasplantar?
En general, en los cultivos en interiores, las plantas de cannabis se trasplantan al menos dos o tres veces: al finalizar la etapa de plántulas y durante la fase vegetativa. Esto es necesario debido al crecimiento simultáneo de las raíces, el tallo y las hojas. A diferencia de estos últimos, las raíces tienen limitaciones: al topar con las paredes de la maceta, comienzan a crecer rodeándolas, lo que puede provocar enredos y estancamiento en el crecimiento. Esto afecta negativamente la calidad y el tamaño de la cosecha.
Tampoco es conveniente que plantas muy pequeñas crezcan en macetas demasiado grandes, ya que no pueden absorber el agua del suelo lo suficientemente rápido, lo que crea condiciones ideales para la proliferación del moho.
¿Cuándo se trasplanta el cannabis?
En pocas palabras y de manera simple, el cannabis se trasplanta cuando la planta ha superado el tamaño adecuado para continuar su desarrollo en la maceta actual. También puede ser necesario trasplantar en casos especiales, como cuando el sustrato está contaminado por plagas.
No obstante, tampoco se recomienda realizar trasplantes con demasiada frecuencia, ya que las raíces son delicadas y pueden dañarse fácilmente durante el proceso. Además, es preferible realizar el trasplante cuando la luz es tenue, como al final del día.
¿Cómo se trasplanta el cannabis?
Primeramente, se debe regar la planta uno o dos días antes del trasplante para que el sustrato esté húmedo y tenga una mejor estructura. También se debe humedecer la tierra de la nueva maceta y evitar comprimirla en exceso. Se procede a preparar un agujero en el centro de la nueva maceta que recibirá a la planta.
Con cuidado, se voltea la maceta de la planta y se extrae como si se tratara de un pastel que se está desmoldando; se golpean ligeramente los lados de la maceta para facilitar la extracción. Inmediatamente se coloca una mano debajo de las raíces para sostener la planta.
Se coloca la planta en el agujero previamente preparado y se rellenan los espacios con tierra, comprimiéndola solo lo necesario para asegurar la planta en su lugar. Se riega la planta y se añade un estimulador de raíces para favorecer su adaptación al nuevo entorno.
El trasplante del cannabis es un proceso crucial para asegurar su salud y maximizar la calidad de la cosecha. Con el conocimiento adecuado y cuidado en cada etapa, los cultivadores pueden garantizar un crecimiento óptimo y una producción abundante de esta planta tan valiosa.