¿Quiénes son las hermanas del cannabis?
En California, Estados Unidos, existe una orden de mujeres que no se dedican a orar a una deidad o a los trabajos de caridad Más bien, plantan, cosechan y fabrican productos de cannabis para un lucrativo negocio. Ellas son las hermanas del cannabis.
¿Quiénes son las hermanas del cannabis?
Fundadas por Christine Meeusen, quien ahora lleva el nombre de “hermana Kate”, las Hermanas del Valle también son conocidas como “las hermanas del cannabis”. Viven en una zona rural de California y se dedican principalmente al cultivo y la fabricación.
La hermana Kate insiste en que, a pesar de su nombre eclesiástico, no pertenecen a la iglesia católica o a ninguna otra religión. De hecho, “estamos en contra de la religión”, según declaró a Reuters en 2017. Además, a pesar de los hábitos que usan—una prenda que algunos consideran que no solo restringe, sino oprime a las mujeres—se trata de un grupo de ideología altamente feminista.
¿A qué se dedican las hermanas del cannabis?
Más que a una deidad, las hermanas se enfocan en el cannabis. Su complejo en el pueblo agricultor de Merced, California no solo tiene vastos plantíos (bendecidos con regularidad con incienso e himnos), sino fábricas. Ahí se hacen distintos productos, sobre todo medicinales, como tinturas con altas concentraciones de CBD. Y es que curar con cannabis es parte importante de su credo.
El uso recreativo de la marihuana ha sido legal en California desde 2016; su uso medicinal, sin embargo, fue permitido desde 1996, 20 años atrás. Ya en 2017, las hermanas producían alrededor de $750,000 dólares al año. Antes de la pandemia, sus ganancias se habían incrementado a poco más de un millón.
La pandemia y las restricciones
Claro que la pandemia tuvo un fuerte impacto en su negocio; ahora, sus ingresos se redujeron a la mitad. Sin embargo, hay otro factor que las ha afectado severamente. A pesar de que los usos medicinal y recreativo están permitidos, casi dos tercios de las ciudades californianas no prohíben los negocios o centros de distribución que los venden.Donde los negocios son legales, tan solo aplicar para la licencia de ventas cuesta $1,000 dólares, un precio que solo se exacerba y multiplica por diez para negocios más extensos. Se cree que esto, más que combatir el mercado ilegal de cannabis, lo promueve, ya que evita que los negocios legítimos, como los de las hermanas del cannabis, prosperen y tengan que cerrar.