¿El cannabis afecta a los sueños?

¿El cannabis afecta a los sueños?

Por sus efectos somníferos, muchos han acudido al cannabis para que les ayude a conciliar el sueño—aparentemente, desde hace siglos. Hoy en día, aquellas personas que sufren de trastornos del sueño, como insomnio o poco descanso, lo prefieren por sobre medicamentos más convencionales. Y es que estos pueden tener efectos secundarios de consecuencia. Sin embargo—y desgraciadamente—tampoco podemos afirmar que el cannabis es el remedio perfecto, y tiene su propia lista de desventajas. Antes considerados una especie de entretenimiento al dormir, recientemente se ha descubierto que los sueños juegan un papel muy importante de nuestro funcionamiento. Así que lo mejor es saber cómo el cannabis afecta los sueños: ya que no es solo lo que sueñas, sino cuánto tiempo sueñas.

¿Cómo dormimos?

El dormir ocurre en etapas—cuatro, para ser exactos—, las cuales no son lineales. O sea, no las experimentamos en orden; ni al quedarnos dormidos, ni al despertar. En realidad, mientras dormimos, pasamos de una a la otra constantemente y permanecemos en ellas por una cantidad de tiempo determinada. La mayoría, lo pasamos yendo y viniendo entre dos.

En una alcanzamos nuestro sueño más profundo. Durante este tiempo, el cuerpo aprovecha para autorrepararse; arregla el daño que hayan sufrido nuestros tejidos durante el día, como cicatrizar alguna herida. En esta etapa también ocurren las funciones que son necesarias para crecer.

Seguramente has escuchado mencionar la otra etapa—hay una famosa banda de rock que lleva su nombre: Rapid Eye Movement—REM. En español, sin embargo, se le conoce de otra manera, MOR: Movimiento Ocular Rápido. Esta es la etapa de los sueños, que, más allá de narrativas incoherentes o imágenes desordenadas, parecen cumplir con una función de gran importancia.

La importancia de soñar

No, no nos referimos a que debes tener sueños como sinónimo de metas que algún día podrás alcanzar a base de trabajo duro. Aunque eso también es importante, estamos siendo más literales.

De alguna manera, siempre hemos sabido que soñar es vital. La humanidad ha estado fascinada con los sueños a lo largo de su historia y se les han conferido una gran variedad de funciones; pero, siempre, importantísimas. En el Medievo se creía que los seres celestiales, o seres queridos desaparecidos, elegían nuestros sueños para visitarnos para darnos mensajes reveladores. Más adelante, Freud sugirió que son la clave para entender cómo afectan nuestras experiencias y formamos nuestra personalidad.

Aunque no hemos descubierto todo acerca de los sueños, ni cómo son formados—ni cerca—, hoy en día sabemos que juegan un rol muy importante en nuestras funciones cognitivas.

A falta de estímulos externos, son la manera en la que procesamos y ordenamos la información que recibimos durante el día. Una teoría sugiere que esa es precisamente la razón por la que soñamos: al tratar de darle sentido a dicha información, la ordenamos en una narrativa. Por eso, al soñar somos capaces de encontrar la solución a problemas, así como ser creativos. También son indispensables en el proceso del aprendizaje y la memoria.

Por todo lo anterior, si el sueño MOR, la etapa en la que soñamos, se ve afectado, podría llevar a disfunciones cognitivas.

¿El cannabis afecta los sueños?

No hay duda: el cannabis ayuda a dormir. Es uno de los efectos secundarios más famosos del THC. Por eso, las cepas de cannabis somníferas más populares contienen índices altos de este cannabinoide.

Sin embargo, tienen una desventaja. Según parece, el THC nos ayuda a conciliar el sueño porque aumenta el tiempo que pasamos en aquella etapa en la que el cuerpo se repara a sí mismo; en la que estamos dormidos más profundamente. Pero aquí, la actividad cerebral se reduce drásticamente, lo cual significa soñar menos. Los efectos del THC en el sueño también reducen el tiempo que pasamos en el sueño MOR. Es decir, reduce las dos horas—aproximadamente—que debemos pasar soñando bajo circunstancias normales.

Adicionalmente, el consumo regular de cannabis provoca un aumento de tolerancia, lo que reduce sus efectos, requiriendo un mayor consumo cada vez. Este es un problema para quienes lo consumen solo para conciliar el sueño, el cual solo se exacerba para quienes lo consumen con regularidad, por placer o necesidad.

La única manera, entonces, de recuperar el sueño MOR es eliminando el consumo de cannabis por completo, aunque sea por un tiempo.

El “rebote” de MOR

Sin embargo, cortar de tajo el consumo de cannabis también afecta lo que soñamos porque, entonces, nuestro cerebro aprovecha para “ponerse al corriente”.

Cuando eliminamos el factor que redujo el sueño MOR, este regresa más fuerte que nunca. Ordena y archiva la información que tenía atrasada. Como resultado, quienes pasan por esto reportan tener sueños especialmente vívidos.

Si te parece que suena lindo, te interesará saber que, más bien, puede ser especialmente escabroso. Y es que parece ser que, durante esta época, los sueños más frecuentes—y más vívidos—son las pesadillas.

Afortunadamente, es temporal.

Entonces, ¿no debería usar cannabis para conciliar el sueño?

No queremos desanimarte a que lo uses. La verdad es que mucha gente ha encontrado alivio en el cannabis para tratar sus deficiencias de sueño; hay mucha evidencia anecdótica que apunta a su eficacia. Sin embargo, sí deberías tomar algunas precauciones, ya que la reducción de sueño MOR no puede llevar a nada bueno.

Afortunadamente, ésta parece estar ligada directamente a las dosis. Una pequeña puede ayudarte a conciliar el sueño sin reducirlo demasiado. Esto es especialmente importante para quienes no lo consumen regularmente y quieren probarlo. Y es que, las dosis altas pueden causar—irónicamente—insomnio y ansiedad. En general, se sugiere comenzar con dosis muy pequeñas (llamadas microdosis) y ver qué efectos tienen antes de aumentarlas. Así, se pueden ajustar hasta encontrar la predilecta.

Finalmente, para casos más pronunciados de déficit de sueño, se recomienda llevar un tratamiento de cannabis con conocimiento de un médico que pueda regularlo, o suspenderlo, de ser necesario.