La ciencia de las emociones negativas y el cannabis

La ciencia de las emociones negativas y el cannabis

La ciencia de las emociones negativas y el cannabis

No hay duda de que el cannabis afecta nuestras emociones, ya sea de manera positiva o negativa. La ciencia de las emociones negativas y el cannabis nos indica que todo depende de cómo funcionan estas en el cerebro, así como de la cantidad de cannabis que debemos consumir para reducirlas. Aunque una pequeña dosis puede ayudar a aliviarlas, una cantidad inadecuada puede provocarlas o empeorarlas.

¿Qué son las emociones?

A pesar de los muchos años de estudios que abarcan todos los aspectos de la salud humana, tanto física como mental, la explicación de las emociones, qué son y para qué sirven, aún nos elude. Sin embargo, sabemos, al menos, cómo funcionan. Es decir, las emociones son patrones de señales neuronales que se generan en diversas zonas cerebrales. También sabemos que, aunque estas señales ocurren exclusivamente entre neuronas, también afectan nuestro físico y nuestras acciones.

Las específicas guían cómo movemos nuestro cuerpo y hacia dónde. El hambre es un sentimiento del que nunca nos podremos deshacer. Es parte de nuestra fisiología básica, compartida con el resto de los seres vivos del planeta, tanto los que lo habitan hoy en día como los que han dejado de existir, que son bastante más. De nada sirve sentarse a pensar, “uf, qué hambre”. El cuerpo, como cualquier héroe de película hollywoodense de los ochenta, entra en acción.

Antes, cuando vivíamos en condominios de cuevas, autodecoradas con arte rupestre, solía significar tomar (¡o fabricar!) tu propio equipo de cacería. Luego, salir con muchos otros hambrientos a cazar un animal lo suficientemente grande para alimentarlos a todos pero lo suficientemente chico para no borrar a la tribu del mapa. Hoy en día, el hambre motiva a cocinar o, en su defecto, ir al supermercado o pedir carne de mamut a través de una aplicación. El cuerpo reacciona de manera muy distinta ante un sentimiento de cansancio, cuando su prioridad es “recargar pilas”.

Una emoción puede engendrar otra. Algo más que nos une como especie, sin importar nuestras diferencias más elementales, es el vínculo que existe entre el hambre y la molestia, el enojo o hasta la furia. Para el cuerpo, el hambre es prioridad y es difícil ocuparse de otra tarea hasta que ese sentimiento haya sido saciado.

¿Qué son las emociones negativas?

Antes de seguir, es necesario aclarar que, al referirnos a la ciencia de las emociones negativas queremos decir específicamente aquellas relacionadas con el cannabis, como la ansiedad y el miedo, que las causa así como las alivia, así como el dolor.

Dolor

Viéndolas de manera fría y calculadora, todos los sentimientos anteriores son estímulos o señales neuronales que ocurren en el cerebro y que nos motivan a reaccionar de cierta manera, como ya vimos. Si alguna vez has sostenido un fósforo encendido por demasiado tiempo, sabrás cómo es una reacción inmediata al dolor. En un solo movimiento coordinado, lo tiras, avientas, más bien, y agitas la mano para aliviar el dolor. No es algo que se considere, es un reflejo, y el dolor aumenta de acuerdo al tiempo que estuvo expuesta la parte afectada al fuego.

El dolor se puede explicar con simpleza; otras emociones negativas relacionadas con el cannabis, como el miedo o la ansiedad, son más complicadas.

Miedo

Igual que el hambre, el miedo es parte de nuestro instinto de supervivencia desde que somos homo sapiens, e incluso antes. A diferencia del ejemplo anterior, en el que el fósforo quema por una distracción, sin advertencia, el miedo es una alerta. Sentimos miedo cuando el instinto de supervivencia detecta una amenaza que nos puede causar dolor y, por lo tanto, reaccionamos de distintas maneras. En ocasiones, salimos corriendo, despavoridos; en otras, nos congelamos en el lugar y hasta dejamos de respirar, depende de la amenaza.

El miedo se aprende; a veces, aunque no lo queramos. El cerebro de quienes sufren de estrés postraumático reacciona a estímulos parecidos a un evento pasado. El de un soldado que estuvo en una guerra envía señales exageradas al escuchar el escape de un auto. Esta es una condición delicada que afecta la vida diaria de quien la sufre y con frecuencia requiere tratamiento.

Ansiedad

Aunque son parecidos, la ansiedad precede al miedo. Este último está dirigido a algo específico, mientras que la ansiedad va de la mano de la especulación: “¿y si saco el coche y choco?” También es parte de nuestro instinto de supervivencia, una manera de evitar situaciones que podrían ser peligrosas. Sin embargo, al igual que el estrés postraumático, la ansiedad puede salirse de control y afectar diariamente a quien la sufre. Cuando esto ocurre, suele llamarse trastorno de ansiedad y también suele requerir algún tipo de tratamiento.

La ciencia de las emociones negativas y el cannabis

Los seres vivos son expertos en asociar malas experiencias con estímulos, como en el caso del estrés postraumático y el trastorno de ansiedad. O sea, si se repiten las condiciones de una experiencia negativa, puede provocar una respuesta aunque dichas condiciones ya no sean peligrosas. Los tratamientos suelen implicar un aprendizaje en dirección contraria; o sea, aprender que dichos estímulos no son peligrosos y la reacción es innecesaria.

Algunos endocannabinoides juegan un papel esencial en este aprendizaje. La anandamida es un neurotransmisor que reduce los niveles de miedo y ansiedad y, además, promueve sentimientos de relajación. Y entre más la concentración de anandamida, mayor su intensidad.

Los cannabinoides como el THC pueden ayudar a aliviar las emociones negativas por cómo interactúan con los receptores del sistema endocannabinoide. Ayudan a inhibir la reabsorción de anandamida y a que permanezca más tiempo en el cuerpo. Sin embargo, las dosis altas pueden, en lugar de aliviar, causar las emociones negativas.

En realidad, el cuerpo necesita una cantidad muy pequeña de anandamida. Las dosis altas de THC activan una cantidad mucho mayor de receptores de los que son necesarios. Este nuevo patrón de actividad afecta el estado emocional en sentido opuesto. Es lo que se conoce como bidireccionalidad.

Para tratar emociones negativas con cannabis, generalmente se necesita una cantidad de THC igual de pequeña que de anandamida. Sin embargo, esto depende de cada quien, de su tolerancia. Por eso se recomienda empezar con dosis muy pequeñas y aumentarlas poco a poco hasta que se consiga el balance ideal.